martes, junio 17, 2008

HOY TE MONDO: los huesos a palos

Solía tener una tía abuela que cuando era chavito cada vez que me veía se ponía a recitar un poema que a esa edad se me hacía muy agresivo y, se podría decir, hasta retador e intimidante ya que ella hablaba como La Roña pero más golpeado. Esto causó una animadversión tal vez injusta de mi parte hacia ella. Hace unos días me encontré ese poema, llamado La guaja, en una de mis frecuentes sesiones de poesía en línea:

Ven acá, granuja.
¿Dónde andas, so guaja?
Hoy te mondo los huesos a palos.
No llores ni huyas, porque no te escapas.
Yo no sé lo que hacer ya contigo.
¡Me tienes muy harta!
A ti ya no te valen razones.
A ti ya no te valen palabras,
ni riñas, ni encierros,ni golpes, ni nada.


Te dije al marcharme:
Levántate pronto,y estira los huesos,
y dobla las mantas,y enciende la lumbre,
arrima el puchero,y enjuaga las ollas, y barre la casa.
Y vengo y me encuentro, grandísimo pillo,
la lumbre sin brazas;
la puchera sin caldo ni pringue;
la vivienda peor que una cuadra,la burra sin pienso;
las pilas sin agua.


¡Segaste la hierba?
¿Trajiste la paja?
¿Regaste los tiestos?
¿Cerniste la harina?
¿Clavaste la estaca?
¿Comió la cordera?
¿Bebió la lechona?
¿Cogiste los güevos? (Si, así con "g")
¿Mudaste la cabra?
¿Y a tí qué te importa?
¿Pa´qué quieres cansarte,
si aquí está la burra que tó te lo haga?

¿Tu piensas, granuja,
que ha de estar tu madre hechita una negra,
quemándose el alma,
pa´que tú me malgastes el tiempo,
que da más que lástima,
jecho un ropasuelta,jecho un rajamantas,
por esas callejas detrás de los perros,
por esos regatos tirando a las ranas,
o buscando níos por las zarzamoras.
que así estás de lindo, grandísimo guaja?


¡Y ese siete tan guapo en la blusa?
¿Y esos pantalones tan llenos de manchas?
¡Qué gorra más limpia!
¡Qué medias tan majas!
¡Qué pelos tan lindos!
¡Qué codos, qué cuello, qué puños, qué mangas!
¡Ya no sé lo que hacer ya contigo!
¡Me tienes muy harta!
¡De sobra conoces que semos solitos,
que ya no tenemos quién nos lo ganaba ...
que la vida de todos los pobreses esvida de lágrimas! ...
Pero ni por esas.



Para este momento yo ya había salido corriendo de la casa o me había escondido en un closet, pero el verso continua:





A tí, que te den roncando en la cama,
y que te pongan la mesa tres veces,
y rueden los días, y viva la holganza.
Súbete esos calzones, so pillo; (Al parecer los so pillos son exhibicionistas)
átate esos zapatos, so randa.
Quítate esos mocos. Lávate esa cara.
¡Y vete ahora mismo donde no te veaque me tienes, me tienes muy harta!

Te aseguro, chiquitin,
te aseguro que esto se te acaba en desde mañana,
a la cola del burro;
conmigo a la plaza,conmigo al molino,conmigo a la haza.
¡A suar fatigas!
¡A mojarte el alma!
Ya verás las penitas que cuesta,
ya verás con qué agobios se gana
ese pan que tan cómodamente a lo bobo,
a lo bobo te zampas.
y ahora ¡a la cama!, ¡a la cama!

La aurora se acerca espléndida, diáfana,
lentamente despliegan las nubes su manto de escarcha,
la madre afanosa se tira del lecho
y sus toscos aperos prepara,
que ya espera más ruda que nunca la brega diaria,
cariñosa y tierna se acerca hasta el lecho donde el niño cándido,
tranquilo descansa,
un instante contempla amorosa su faz sonrosada
y después...
con cariño ferviente dando un beso en sus labios exclama:
¿Yo turbar este sueño tan dulce?
no fuera quien soy ni tubiera entrañas...
juega, brinca y destroza hijo mío...
¡tu madre lo gana!

Vicente Neira


¿Cómo esperan que un niño de 6 años no se sienta ofendido al oir que le dicen pillo, granuja y que le van a mondar los huesos a palos (lo cuál quien sabe que signifique pero se oye como que duele)? Siempre me dio miedo la esa tía recitadora, tía Mona se llamaba, hasta que murió como en 1990.

Ya viéndolo en retrospectiva, el poema tiene personalidad y gracias a él aprendí nuevas palabras como so guaja, mu jarta y rajamantas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero igual da mieeedo!! :s

zeltcin dijo...

Yo también quiero una tía como la Roña... mientras no haya golpes!!!

Ya me desbloquearon INTERNET, ja

Anónimo dijo...

Quizá siendo niña me hubiera llenado de miedo e intriga toda palabra dicha por la tía, pero ahora y a una primera leída diría que este poema me encantó por la forma en que está dicho, por la ternura con que finaliza. Es como el reflejo de la típica mujer que si bien está un poco desquiciada por la vida, también es una mujer preocupada por el bien de un niño.

Rodrigo Ramírez Sánchez dijo...

Me encanta cuando relatas sucesos de tu infancia, esta historia y la de tu primer contacto con el nintendo son geniales. No me imaginé que estuviera esto cuando le dí al tag de poesía.

Edith dijo...

Mi abuela solía recitarlo, nunca me dio miedo porque sabía que era sólo eso, un poema. Me reía por el vocabulario, y vienen los recuerdos , una vez mi abuela quedó a cargo por una noche hasta que regresáramos, la madre de mis cuatro pequeños primos y yo del cine, yo era muy jovencita, no terminaban de dormirse y mi abuela ya no sabía que hacer con ellos y se puso a cantarles y recitarles poemas, cuando llegamos, al abrir la puerta de calle escuchamos la voz de mi abuela recitando el poema y a los cuatro primos, acostaditos todos en la cama, escuchando atentamente a mi abuela!